Decía Manuel Vázquez Montalbán que un pueblo que no bebe su vino tiene un serio problema de identidad. Esto nos ha hecho reflexionar sobre cómo organizar nuestra carta. Muchos suelen hacerlo en función de denominaciones de origen, pero esto tiene el principal inconveniente de dejar fuera vinos extraordinarios de elaboradores independientes que no se someten al paraguas protector de las DO. Algunos las organizan en función de las uvas, pero la cosa se complica en los vinos de coupage. Y otros pocos los agrupan en función de grandes regiones geoclimáticas, como vinos continentales mediterraneos, de montaña, … o incluso por apreciaciones sensoriales!! como vinos para soñar, festivos, de meditación….. Demasiado subjetivo ¿no creen?. Un día alguien nos dio la solución: por orden alfabético, y así Andalucía siempre será la primera.